Crónica half Challenge Calella by Juanma

 

Crónica del Half Challenge por un novato en la distancia…

 

Supongo que para muchos de vosotros el hacer un Medio IM es un “entreno largo…” pero para mí, que a principios de 2009 mis posaderas y el sofá “eran uno”, y que mis manos tenían la forma del mando de la PlayStation… es una proeza.

 

Todavía hoy me pregunto cómo me metí en esto, supongo que porque me gustan los retos y por la admiración que le tengo a todas aquellas personas que están en este “mundillo” (todos vosotros). El caso es que ese primer año, el 2009, pude hacer 4 triatlones sprint y ya me consideraba un “macho-man”…; en 2010, y ya con Iván como entrenador, no solo pude pasarme a la distancia olímpica sino que mejoré mucho las marcas… y este 2011, pese haber competido en menos triatlones (por el momento) ya he podido realizar un primer sueño, que no era otro que pasarme a la Larga Distancia.

 

Al lío. Son varios meses entrenando; muchos madrugones, muchos entrenos dobles y muchas molestias (casi lesiones) que te van acompañando, pero sigues y sigues y sigues… motivado por un grupo de personas impresionantes (Trienjoy Rayoteam), por un entrenador con nombre y apellidos (Iván Herruzo), y por un crono que no deja de darte alegrías… Son muchos nervios que van en aumento mientras se acerca el día, que sin duda, llega.

 

Previsor que soy, reservo una noche de hotel en Calella. Habitación con vistas al mar, por lo que veo el primer segmento desde la habitación y pienso “madre mía, con el viento que hace y estas olas, mañana lo pasaremos mal”. Dejo la bici en boxes, las bolsas en la carpa y a la pasta party; ceno suave, los nervios casi no me dejan comer. Veo la final de la Champions desde la habitación del hotel, junto a mi mujer y mi hijo, que me acompañan siempre. Reconozco que creí que esa noche no podría dormir pero me quedo como un angelito esperando a que suene el despertador.

 

Me levanto como si hubiera dormido mil horas, muy descansado y pienso “perfecto, esto empieza bien”. Desayuno y me voy directo a boxes a ver que todo está bien. El mar está en total calma, menos mal… En boxes empiezo a ver Rayos que se preparan a realizar el mismo viaje y la verdad, me quedo mucho más tranquilo. No solo por estar acompañado de otros miembros del equipo, sino por la calidad humana de todos ellos, ya que entre todos decimos una cantidad de tonterías impresionantes y eso hace que el tiempo pase rápido J. También veo al gran Toni Peris y familia, y a Iván… el mister no se pierde una!! y es de agradecer (y mucho) cualquier consejo de última hora…

 

Salen los Pros… como misiles…

 

Justo antes de entrar al cajón de salida del segmento de natación veo a mi mujer y a mi hijo, me acerco para darles un gran beso y tengo un subidón que por poco me hace saltar la primera lágrima del día… Aplausos, nervios y sobre todo, ganas… muchas ganas.

 

Suena la bocina y todos al agua… me encuentro genial; durante los 10 primeros metros ya tengo mi ritmo cogido y pienso “aguanta, que vas bien y esto es largo”. Mientras nado pienso en lo afortunado que soy por poder estar ahí… Salgo del agua en 33 minutos cuando pensaba hacer 40…. felicidad y algún que otro pensamiento de “no te flipes… que aún queda”. Veo a mi mujer y eso hace que me motive más aun.

 

Subo en la bici y me siento bien… el viento de cara en alguna parte me hace penalizar bastante. Todavía no he conseguido una buena posición en la bici por lo que tengo que ir haciendo malabares para poder ir tirando, me empieza a doler el cuádriceps… aquí pierdo un tiempo precioso que intento recuperar forzando un poco… cosa que pagaré más adelante.. Dos vueltas y a boxes. Justo en la línea que te obliga a bajar de la bici, veo a mi familia; han venido todos… casi no quiero ni mirarlos para no emocionarme pero no puedo evitar escuchar sus gritos. Mi moral sube. Acabo la bici en 3h… más o menos lo que había pensado pero teniendo claro que debo mejorar muchas cosas. Igualmente me bajo de la bici con ciertas ganas de correr. La gente te anima y eso hace que saques fuerzas de donde empiezan a escasear.

 

Durante el primer kilómetro veo a los Rayos que han venido a vernos y que aplauden con fuerza (Gracias!!!). Después de cruzar un pequeño paso subterráneo, se acaba la sombra y empieza el suplicio. Mucho calor, muchos metros por delante y muchas ganas de cruzar la meta. Voy justo de fuerzas; veo a mis compañeros de fatigas con unas caras de sufrimiento importantes pero que siguen y siguen como los campeones que son.

 

Sigo corriendo hasta los avituallamientos, donde decido caminar como estrategia ya que tengo el cuádriceps a punto de hacer “boom”…, gel o fruta, isotónica o coca cola, y sigo corriendo, o trotando más concretamente. Acabo la primera vuelta, justo pasando a escasos metros de la meta, donde pienso “ya solo queda una vuelta más y ya está, esto no se escapa”. Sigo corriendo. El sol me está, literalmente, quemando las zonas que no me cubre el mono que tan orgulloso llevo; me tiro agua por encima hasta que mis bambas parecen una pecera, pero sigo.

 

Llego al km 20… ahora sí. Subidón de adrenalina y empiezo a correr como si estuviera haciendo series… Corro y pienso en todo lo que he pasado hasta llegar aquí, me empiezo a emocionar pensando en aquellas personas que me gustaría que me vieran cruzar esta meta y que posiblemente, lo vean desde donde estén. Sigo corriendo, cada vez hay más personas que animan y aplauden, no puedo parar. Veo a mi familia que me gritan, y primeras lágrimas, justo en la recta de meta me dan a mi hijo, lo cojo en brazos y sigo corriendo para cruzar la meta con él y por fin, he llegado. Lágrimas, abrazos y palabras que no olvidaré. Un momento que se te queda en la memoria para siempre.

 

Al final 15 minutos menos del tiempo que me había marcado y muy orgulloso de lo que hice. Después de este objetivo pensé “a partir de ahora, descanso y a hacer triatlones más cortitas”, pero después de 15 días, estoy a punto de apuntarme a otro Medio IM en septiembre… esto es un vicio!

 

Juanma